“El alumno aprende así a no discutir a la ley y más adelante nos extrañaremos de la dimisión del ciudadano de su pasividad política, de que unos notables, convertidos en especialistas de la cosa pública, acaparen el hablar sobre la ley… La diferencia entre la escuela y las demás instituciones es que, si los niños ya son sujetos de derechos… todavía no son ciudadanos, pues precisamente vienen a la escuela para aprender a serlo. Este trabajo de tiempo es lo que define la escuela y si ésta no es un espacio democrático, sí es un tiempo de aprendizaje de la democracia”
DEFRANCE, B. (2005). Disciplina en la escuela. Madrid: Morata, p. 117-118.
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Desde nuestro punto de vista, estamos totalmente de acuerdo con este fragmento. Ya que la escuela, a parte de transmitirnos los diferentes aprendizajes del currículo explicito, esta tiene un trasfondo que es el currículo oculto, encargado de que el alumnado mantenga una postura de sumisión bajo los diferentes objetivos políticos vigentes.
La escuela es una institución cuya función es transformar a los niños en ciudadanos para que sean sujetos de derechos y puedan cumplir con los deberes que presentan a través de la sociedad ya que es la ley la que recoge dichos derechos y deberes.
Por otro lado, la escuela es un espacio en el cual se aprenden diferentes ideologías entre las que se encuentran las políticas y por ello se define como un espacio democrático en el que se aprende a serlo.
Para finalizar, quiero destacar que me parece una buena frase, entre varias, ya que es un libro que he leído en este año «Disciplina en la escuela» procedente de Defrance, y me ha enseñado mucho, ya que trata sobre las distintas formas de comportamiento que cumplen los niños en la escuela y el modo que poseen los profesores de imponer su poder y la autoridad a través de ciertas reglas y modelos sobre chantajes de castigos. Lo que los profesores quieren es que los niños cumplan en todo momento sus reglas y a veces cuando no las obedecen se produce el castigo lo que provoca un impedimento en el aprendizaje del niño.
Estoy totalmente de acuerdo con esta entrada, ya que no dejamos a los niños desde pequeños a que sean libres para expresar sus opiniones, y como bien dice este texto, más adelante nos extrañaremos de su pasividad política. Es desde la escuela, desde donde se tiene que enseñar al niño a ser autónomo, a aprender a pensar y a opinar por sí mismo, dándole libertad para ello.
Estoy totalmente de acuerdo con este comentario, ya que desde pequeño, es decir desde la escuela nos deben de enseñar unos conocimientos y una educación lo más correcta posible para poder seguir con nuestros objetivos.. Por tanto, la escuela es el pilar fundamental para nuestra educación y para poder desarrollarnos como persona.
Me parece interesante lo argumentado en este pequeño fragmento del artículo, puesto que a la escuela no se le puede exigir que sea un espacio democrático, no por parte del profesorado, o de todos los componentes que conforman el cuerpo profesional de ésta, ya que a estos si que hay que exigirles que cumplan con todos estos requisitos democráticos, en mi parecer, mi opinión va más allá y aunque la escuela por motivos evidentes no pueda ser un espacio democrático puesto que un niño pequeño no está desarrollado cognitivamente para saber que es la democracia y todo lo que abarca, si que hay que inculcar y educar a los niños para que aprendan qué es, en qué consiste… pero no en un sentido limitado, quiero decir, no hay que fomentar la pasividad de los niños a la hora de aprender todos los derechos y deberes que ellos deberán cumplir como futuros ciudadanos, que no se muestren pasivos ante la ley, el voto… si no que hay que conseguir de una manera atractiva, qué los niños y niñas aprendan todos esos conceptos y también las compartan con todos sus compañeros. Tal y como recoge el artículo la escuela debe enseñar a los niños a ser unos buenos ciudadanos.
Defrance, B. defiende en el texto que nos ocupa, que, entre otras funciones, la escuela tiene que enseñar al niño a acatar las leyes, a cumplir con las normas establecidas, y que precisamente por ser niño, aunque goza de unos derechos, aún no está formado como ciudadano.
Por ello, dice, hay que educarlo para permitir que unos cuantos los guíen y los conduzcan por donde éstos quieren; y que, aunque en el colegio no se ejerza la democracia entendida como tal, según Defrance, es el momento y el espacio idóneo para que se aprenda como vivirla más adelante.
Creo que este planteamiento, en la actualidad, no se corresponde totalmente con la realidad, porque si bien es verdad que en la escuela se pretende enseñar a los niños a cumplir con todo lo establecido, según éste va creciendo y haciéndose más adulto, va actuando acorde con sus pensamientos, con sus ideas, aunque éstas a veces no coincidan con lo que le han enseñado desde pequeño. Claro ejemplo es la protesta generalizada de gran parte de nuestra sociedad por su desacuerdo con muchas de las normas establecidas, participando activamente para cambiarlas, dejando atrás la pasividad que hasta hace poco envolvía a la sociedad. Y es que todo el sistema está cambiando tanto, que hay muchos casos en que los propios profesores motivan al alumno para que aprenda a pensar por si mismo y rebelarse cuando crea que algo no está bien.
Susana Grupo1. Educación Primaria.
Después de haber leído y analizado el texto, destaco dos ideas: la primera de ellas es que, la escuela hoy día, está enseñando a ser ciudadanos pasivos ante la política. Está haciendo que las personas no critiquen aspectos políticos con los que no están de acuerdo o no se identifican.
La segunda idea a destacar es que la verdadera función de la escuela es formar verdaderos ciudadanos en democracia, en la que todos los alumnos deben fomentar su creatividad e imaginación, dejándolos que puedan tener ideas diferentes a las del profesor sin ser tratados de manera diferente por pensar distinto.
Olvidé poner que soy del grupo 1.
Después de haber leído y analizado el texto, destaco dos ideas: la primera de ellas es que, la escuela hoy día, está enseñando a ser ciudadanos pasivos ante la política. Está haciendo que las personas no critiquen aspectos políticos con los que no están de acuerdo o no se identifican.
La segunda idea a destacar es que la verdadera función de la escuela es formar verdaderos ciudadanos en democracia, en la que todos los alumnos deben fomentar su creatividad e imaginación, dejándolos que puedan tener ideas diferentes a las del profesor sin ser tratados de manera diferente por pensar distinto.
Grupo 1.
me parece bien que haya un blog, donde tanto profesorado como alumnado, puedan participar, exponer sus opiniones, dudas… un lugar donde exista comunicación. Ánimo y espero que salga adelante. 🙂
María
G2
Primero de Primaria